3- LA ENERGIA POSITIVA DE LAS COSAS SENCILLAS

Las brujas modernas no necesitamos instrumentos misteriosos ni filtros exóticos para convocar la ayuda benéfica de las energías cómicas. Su fuerza, expresada en vibraciones favorables, esta en todos los elementos del planeta y también en nuestras propias mentes,que forman parte inseparable del gran poder universal. Para concentrar nuestra mente u dirigir el intercambio de energías en favor de un fin determinado, utilizaremos cosas muy sencillas y cotidianas, que se pueden obtener facilmente. En algún caso serán elementos naturales, como flores, hierbas o minerales; en otros, objetos con una especial carga de energética, como las casi imprescindibles velas, o inciensos y perfumes que impregnen favorablemente el ambiente donde realizaremos el hechizo.

 Para ciertos fines se utilizan también objetos personales habituales, ya sean de la propia bruja o de la persona sobre la que se quiere influir (sortijas, mecheros, lapices etc), ya que estos adminículos suelen poseer y transmitir vibraciones estrechamente vinculadas a su dueño.

Contra lo que suele creerse habitualmente, los elementos simples y cotidianos poseen con frecuencia una mayor carga y sensibilidad energética que los instrumentos algo extravagantes que se solían asociar a la hechiceria tradicional. Las brujas modernas sabemos que las cosas sencillas y habituales intercambian energías con mas fuerza y facilidad, tanto con el cosmos como con las personas, precisamente por su contacto continuo y mas cercano con nuestras propias vibraciones.

 Podríamos hacer una analogía con los animales domesticados y de compañía que, por llevar muchas generaciones  junto a los seres humanos, se entienden y comunican con nosotros por medio del intercambio de ondas afines. Las bestias salvajes o exóticas no son mucho mas ajenas, y es frecuente que el choque de vibraciones produzca desconfianza y agresividad. Y ya que hablamos de animales, vamos a puntualizar que la brujería moderna descarta por completo la utilizacion de gatos negros, lechuzas, lagartos y otros bichos supuestamente mágicos, y en general la meditacion de cualquier ser vivo en la realización de los sortilegios.

En primer lugar, por respeto al importante componente ecológico que integra la armonía cósmica, y en segundo lugar, porque las vibraciones de los entes biológico tienen un ritmo diferente en cada espécimen, por insignificante que sea, cuya orientación no se puede torcer sin riesgo de desatar efectos contraproducentes.

Por tanto, el primer paso de la aspirante a bruja moderna debe ser olvidar toda esa imagineria vinculada con la magia negra, que hoy solo permanece en obras de ficción o en atracciones d ela feria. Nuestra magia ha de ser luminosa, positiva, ecológica y sobretodo mental. Porque nuestra mente, a través de la concentración y la voluntad,es la verdadera artífice del éxito de cualquier hechizo.

Sus vibraciones se canalizan, como ya hemos dicho, por medio de elementos sencillos y, siempre que sea posible, habituales y cotidianos.

Siempre, y sin duda alguna la bruja moderna debe escoger como instrumentos de trabajo los mas cercanos a ella misma y a las personas en general, que son los mas sensibles a la canalizacion de las vibraciones humanas. No obstante, no todos los elementos sencillos, de cualquier color o condición, poseen la misma capacidad energética. La sabiduría ancestral ha comprobado y escogido algunos de ellos, con determinadas características, como los mas poderosos y positivos para mediar en nuestro hechizos.