Entre ver y saber, la frontera es tenue, aquel que ve es aquel que sabe; "veo" significa "comprendo". En resumen, el ojo, órgano de perfección visual, es casi universalmente considerado un símbolo de percepción intelectual o sobrenatural.
Es el ojo del conocimiento, el tercer ojo de los hindúes, el ojo frontal de Shiva, capaz de reducir todo a cenizas, pero también el ojo de Dios en la tradición cristiana: inscrito en un triángulo con la punta hacia arriba, simboliza de la omnisciencia divina. Además, los adivinos clarividentes a menudo son ciegos: el ojo que ellos poseen es de otra índole.
Los ojos son en Egipto un símbolo sagrado que encontramos en numerosas obras de arte y en los sarcófagos: uno representa al Sol, el otro la Luna y permiten a los muertos seguir viendo el espectáculo del mundo. Los encontramos pintados en la parte delantera de los barcos, pues guiaba en la tempestad y alejaba a los malos espíritus.
El ojo único, llamado Oudjat (ojo disfrazado) en Egipto, que se representa de perfil, es también un símbolo muy frecuente. Los amuletos que lo representan son de lapislazuli, de coral rojo, de feldespato verde o incluso de metal esmaltado.
Se llevan en collar o pulsera y los colocan a la altura de los intestinos de las momias. De este ojo se escapa una lágrima: Es el ojo de Horus, hijo de Isis y Osiris, cuyo llanto aporta al hombre todas las sustancias esenciales (vino, aceite, etc). Esta lágrima evoca también la marca negra que aparece debajo del ojo del halcón, animal que corresponde a Horus, dotado de una visión extraordinaria.
En numerosas civilaciones, el ojo se ha convertido en un símbolo protector fácil de adaptarse a un amuleto; este es el caso de Grecia en la actualidad. El "buen ojo" u "ojo de mahoma", un amuleto redondo rodeado de amarillo, con un punto negro en el medio, se encuentra con mucha frecuencia en Oriente Medio, sobre todo en Palestina. Protege del "mal de ojo", suerte lanzada de una persona que practica la brujería mediante una sola mirada, una expresión muy extendida en el mundo islámico y que significa una toma de poder sobre alguien.
Llevar el ojo es, por tanto, poseer al mismo tiempo un símbolo de poder y de saber; en resumen, alguna cosa que literalmente "vela" por nuestro destino.
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