
Existe una leyenda que dice:
“Cuando una mujer se siente triste lo mejor que puede hacer era trenzarse el cabello, de esta manera el dolor quedará atrapado entre el pelo y no podría llegar hasta el resto del cuerpo; hay que tener cuidado de que la tristeza no se meta en los ojos pues los hace llover, tampoco es bueno dejarla entrar en los labios pues los obligaría a decir cosas que no son ciertas.
Que no se meta entre las manos porque puedes tostar de más el café o dejar cruda la masa.Y es que a la tristeza le gusta el sabor amargo.
Cuando te sientas triste niña, trénzate el cabello; atrapa el dolor en la madeja y déjalo escapar cuando el viento del norte pegue con fuerza.
Nuestro cabello es una red capaz de atraparlo todo, es fuerte como las raíces del ahuehuete y suave como la espuma del atole.
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