Amatista

 

Piedra femenina por excelencia. Representa el sacerdocio femenino: el fuego violeta de la transmutación, la liberación,  el perdón y la alegría. 

Su gama cromática va desde el lila pálido al violeta oscuro. Su transparencia puede ser cristalina o profundamente opaca. Su fuerza y poder energético es, al igual que su tonalidad,  suave, delicada, sensual, poderosa, enérgica y firme. 

Para el cuerpo:

La vibración reparadora de la Amatista te ayudará a recuperar tu vitalidad y fuerza física, ya sea después de una dolencia,  enfermedad o intervención quirúrgica. Si por la razón que sea padeces malas digestiones,  añade un canto rodado al agua de las infusiones de hierbas que te prepares.

Si padeces migrañas,  dolores de cabeza frecuentes,  de garganta u oídos,sinusitis y te estás tratando con medicación alopática o con homeopatía, puedes introducir dentro del frasco de la medicina un canto rodado de amatista: la vibración beneficiosa de la amatista resultará muy positiva. 

En el caso de padecer estrés o ansiedad por sobrecarga de trabajo o de responsabilidades, coloca una pieza plana de amatista debajo de la almohada al acostarte y sobre tu pecho durante unos minutos antes de dormirte. 

Si tu piel tiende a enrojecer se por ser muy blanca o sensible al sol, haz lo siguiente: compra un frasco de aceite de almendras dulces e introduce en el tres cantos rodados de amatista de color intenso. Cada mañana,  masajea la piel de tu cuerpo con un poco de esta preparación. En verano puedes sustituir el aceite de almendras dulces por aceite de coco (que también carece de perfume)ya que te resultará más refrescante. 

Llevar en contacto permanente sobre la piel (en un colgante, o en el bolsillo) cantos rodados de amatista favorece el desapego de conductas adictivas,  como puede ser el alcohol o el tabaquismo. 

Si tu menstruación es dolorosa,  puedes realizarte esta autoimposición cristaloterapéutica de emergencia. Procedimiento: necesitarás 14 cantos rodados de amatista,  que situarás durante unos minutos estando tumbada, en el siguiente orden: uno en cada talón del pie, rozando la piel. Dos más, cada uno debajo de las rodillas (en la zona poplítea). Uno sobre cada charla (hueso pélvico,  ombligo,  plexo solar,  sobre el corazón,  en la garganta,  sobre el entrecejo y en la coronilla rozando el cabello).

Situarse un canto rodado más en la zona de la nuca y los dos últimos uno en cada mano. Cierra los ojos y siente la vibración reparadora de la amatista. Visualiza o imagina que respiras serenamente el color violeta: esto hará que tus células reciban un baño sedante de prana violáceo. 

Si tu estado es de buena esperanza, desde las primeras semanas de embarazo, ten cerca amatista, llevarlas como colgante,  pulseras,  anillos....si vibración relajante te aportará una agradable sensación de bienestar y, por añadidura,  tu bebé también recibirá un baño de energía relajante. 

Para la mente:

La vibración de la amatista reduce el estado de ansiedad propio de etapas de sobreesfuerzo, tensión,  preocupación o responsabilidad excesiva. 

Llévala contigo en circunstancias de cambio,  de mayor responsabilidad o cuando estés preparando exámenes o trabajos intelectuales que requieran tiempo y esfuerzo de manera temporal. 

Si estás iniciando un trabajo, profesión o negocio, y te genera expectativas de incertidumbre,  falta de confianza, desasosiego y dudas en tu mente, mantente cerca de la amatista. 

La amatista también es el mineral que acompaña a mujeres felices,  emprendedoras,  soñadoras y prácticas,  capaces de hacer realidad sus proyectos, metas y deseos, ya que la vibración de liberación que aporta disipa las dudas, y trae consigo confianza, independencia,  audacia y estrategia. 

No es casualidad que las mujeres de poder,tanto celtas como curanderas o chamanes sacerdotisas, suelan llevar amatistas en sus anillos, collares y cinturones de indumentaria tanto diaria como ritual. 

En etapas de tu vida en las que  tengas pensamientos limitadores o tristeza o síntomas de padecer una depresión,  te dará muy buenos resultados un spray áurico infalible: Pon a calentar 250 ml (un vaso) de agua mineral, y cuando esté a punto de hervir,  añade dos cucharaditas de flores de lavanda,  una cucharada de rosas secas,  dos cucharaditas de roble, un trocito (1 cm aproximadamente) de canela en rama y 4 gotas de aceite de espliego  (todo ello de venta en herboristerías).

Cuando la infusión se haya enfriado, cuelalo todo y pásalo a un frasco de color ámbar. Añade 50 ml de alcohol de calidad para que actúe como conservante. Ya tienes listo tu spray áurico. Rellena una botella con tapón difusor y rocíate tres veces sobre tu cuerpo: hacia tu cabeza y hacía tu lado derecho e izquierdo . La vibración de la amatista es protectora: en el caso de padecer pesadillas o tener sensación de ataque psíquico,  rocia6las esquinas de ti habitación antes de dormir y pulveriza unas cuantas veces el spray sobre la cama, especialmente en la zona de la almohada. 

En el caso de intervención quirúrgica  la vibración de la amatista te resultará muy beneficiosa tanto antes de la operación como después, en el postoperatorio. Necesitarás una drusa de amatistas de tamaño mediano,  con la que realizarás pases energéticos en forma circular a derecha e izquierda sobre la zona del cuerpo donde hayan operado. 

La orientación será, evidentemente, la de los vértices de las amatistas orientadas hacia tu cuerpo. La energía emitida por los vértices de las amatistas irá reparando el entramado áurico de la zona y la recuperación será más fácil y eficaz.

Para el Alma:

Se dice que la amatista es una de las piedras iniciáticas más espirituales y así es. El motivo es que su especial vibración ayuda a mantener el sentido de la proporción para que el camino espiritual se produzca desde el corazón y en equilibrio con la razón y la intuición. En este sentido,  protege de caer en fanatismos y dogmas. 

La amatista es un reparador del estado de ánimo; cuando las experiencias vividas hayan sido tan dolorosas que te parezca que te duela el alma, la amatista se debe convertir en tu piedra de compañía: su vibración de valentía y consuelo te ayudará a que esas heridas profundas  vayan sanando y puedas volver a confiar en la vida, en el amor y en ti misma. La amatista es una piedra de superación y de renovación: te ayudará a resurgir de tus propias cenizas. 

En el caso de que tu vocación elegida sea la de sanadora,  terapeuta o curandera,  será conveniente tanto para ti como para tus pacientes que sitúes varias piezas grandes de amatista en tu consulta; la energía de transmutación propia de la amatista ejercerá una especial frecuencia liberadora en el ambiente del lugar. 

Si sientes que en tu hogar necesitas una energía renovadora,  la amatista es tu aliada: compra flores de color violeta y unis cuántos recipientes transparentes del tamaño de un plato pequeño. 

Coloca un recipiente en cada habitación o en las esquinas de la estancia que quieras ritualizar. En cada recipiente con agua, pon una flor a la que le habrás cortado el tallo. Añade unas gotas de aceite esencial de lavanda. En unas horas, la energía del lugar se habrá transformado, pero puedes dejar las flores en el agua con la esencia hasta que empiecen a marchitarse. La combinación vibracional es idéntica tanto en la amatista como en el aceite de lavanda,  así como en el color de la flor violeta que hayas elegido. 

En el caso de tener niños pequeños o animales domésticos,  se pueden sustituir los recipientes de agua por las flores,  sin cortar sus tallos,  en un florero en el centro del lugar fuera del alcance de los niños y varias varillas de incienso de lavanda,  que igualmente es purificador y combinará de manera excelente con la vibración de las amatistas (que también situaremos en el lugar fuera del alcance de los niños pequeños).