El fenómeno espiritista se originó en Francia a mediados del siglo XIX. Desde siempre el ser humano ha intentado comunicarse de alguna manera con las personas fallecidas, ya sea para cerciorarse de que existe un "más allá", consultar sucesos del futuro o simplemente resolver asuntos que en vida quedaron pendiente.
En el siglo XIX y principios del XX numerosas técnicas se pusieron de moda para establecer ese anhelado contacto. A la sombra de esa necesidad espiritual, surgieron un gran número de charlatanes y embaucadores que vivían a costa de los crédulos. Entre los métodos de comunicación utilizados por los supuestos médiums estaba el enigmático fenómeno de las mesas parlantes.
Se llamó telequinesiaal movimiento que sufrían objetos cuando ese era causado por espíritus, fantasmas u otro tipo de fuerzas sobrenaturales. En un intento de mantener un contacto inteligible con el mundo de los espíritus surgió el fenómeno de las mesas parlantes o mesas giratorias. La ventaja de este sistema es que podía intentarlo cualquier grupo, sin que estuviera presente necesariamente ningún médium.
Solia empezar por un grupo de personas se reunían entorno a una mesa. Disponan sus manos sobre ella y se concentraban o realizaban algún tipo de de recitado de fórmulas dirigido a esos supuestos seres con los que querían hablar. Al cabo de un rato, la mesa empezaba a moverse, se oían ruidos extraños y, a veces,incluso se veían luces. En algunas ocasiones los movimientos de la mesa eran tales que los reunidos no podían contenerla.
Cuando la mesa parlante iniciaba la danza era el momento de establecer con ella (o con los seres que la agitaban) un código para poder conversar. Este solía limitarse a pocas palabras que quedaban reflejadas en golpes. Al parecer las sesiones eran muy movidas y vistosas. La mesa podía llegar a levitar,se sentían extrañas corrientes de aire y algunas veces otros objetos la sala de sesiones se movían también.
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