14- COMO UTILIZAR LAS VELAS

Una vez que se han dispuesto todos los elementos del hechizo, la vela, previamente impregnada, se situara en el lugar preferente. El acto de encenderla indica el momento en que se inicia la canalizacion y la transferencia de vibraciones, creando el ambiente apropiado para comenzar a realizar el hechizo. 

La mecha debe estar limpia y en vertical, encendiéndola siempre con una cerilla de madera, que es una materia mas noble y quema mejor que la de cera (desde luego que no deben utilizarse encendedores).

La regla general indica que cada vela ha de utilizarse para un solo hechizo, y que debe arder por completo sin moverlo, aun después de haber finalizado el mismo. 

Si por cualquier razón no es posible dejar la vela encendida para que se consuma, es necesario apagarla y evitar que siga despidiendo humo (pues este enturbiaría el ambiente y debilitaria las energías emitidas).

Una forma sencilla y eficaz de hacerlo es humedecer los dedos pulgar e índice de la mano derecha con un poco de agua aromatizada y coger entre ellos la llama, sin miedo, pues se apagara inmediatamente sin despedir humo. Por el contrario, no es aconsejable soplar sobre la llama, pues el aliento y el humo trastocarían las vibraciones que aun están actuando en el entorno del hechizo.

Una vez apagada la vela, ya sea por haberse consumido o por necesidad de retirarla, es conveniente envolver el cabo y toda la cera derretida en un papel de aluminio y guardarlos en sitio aparte durante dos o tres días, para que se consuma la energía sobrante. En ningún caso debe dejarse expuesta al aire, ni junto a otras velas o instrumentos de magia.

Si durante el hechizo, o después de este la vela se apaga de forma accidental, no debe volverse a encender. La canalizacion de vibraciones se ha cortado, y es necesario comenzar de nuevo con una vela sin estrenar. 

Antes de debe humedecer el pabilo de la vela apagada para que no emita humo, y proceder con ella como se ha indicado en la entrad anterior para las velas usadas.